1.
Tu ciclotimia mental, sexual, amorosa, vincular y alimenticia.
2.
Tu snobismo cada vez que decís: “el mejor de los Beatles siempre fue Ringo”. Te
cuento que ni a John, ni a Paul, ni a George, ni mucho menos a Ringo le gustaba
Ringo.
3.
Tu escepticismo radical hacia la astrología. Te informo que decís eso porque
sos de Leo; los cuales, además, son todos putos.
4.
Tu crítica hacia mi poco bagaje literario. Mirá qué loco, yo creo que se te
para más la chota con mi culo que con el Ulises de Joyce.
5.
Tu dieta vegana.
6.
Tu dieta paleo (te dije ciclotímico en la 1, no sé, fíjate).
7.
Tu descreimiento repentino hacia los medios de comunicación. Convengamos que te
costó menos que dejar de creer en el Marxismo.
8.
Tu interés por vivir de modo austero en especial para comprarte TU IPhone, TU
IPad, TU Mac y TU alargamiento peneano.
9.
Tu práctica de “barefoot running”. Se dice “correr descalzo” y, para que lo
sepas, la gente que lo hace está mal de la cabeza. Incluyéndote, claro.
10.
Tu insistencia y perseverancia por hacerme creer que me enseñaste todo sobre el
sexo.
11. Tu carácter convincente de hacerme creer
que me enseñaste todo sobre el sexo.
12.
Tu modo de haberme convencido de que yo crea que me enseñaste todo sobre el
sexo.
13.
Tu crítica encarnizada hacia las redes sociales. Te recuerdo que nos conocimos
en una. Y la más trucha de todas, por cierto.
14.
Tu compromiso eco-verde-anticapitalismo-anarco-boludo.
15. Tu modo vetusto, arcaico, demodé y hasta
vintage de idolatrar a Fidel Castro. En Puan ya ni se acuerdan de quién era.
16.
Tu libertad y tu incentivo para que yo experimente sexualmente con mujeres pero
únicamente adelante tuyo.
17.
Tu creencia de que sos antisistema porque metés una feta de salame en el sobre
cada vez que votás. Eso te hace más mugriento, no más revolucionario.
18.
Tu maniqueísmo para entender mi estilo amoroso. Según vos o te entrego el culo
o no te quiero.
19.
Tu creencia de que sos Larry David porque ironizás en contra del Estado de
Israel. Te informo que Larry David no se reiría de los judíos, sino de los
palestinos. Sabelo.
20.
Tus ganas de estar con el ánimo bien arriba cada vez que me duele la cabeza.
21.
Tu enojo porque no apoyo tu devoción por las causas impunes. Y sí, un cuadro de
Cabezas arriba de la cama es bastante feo. Ni siquiera sos fotógrafo. ¡Ni
siquiera leés el diario!
22.
Tus verdades absolutas. Que, por cierto, son todas falsas.
23.
Tu “yo caminé las calles de Cuba y no hay pobreza”. No, caminaste las playas de
Cuba, en un hotel cinco estrellas de Cuba. Y en los hoteles cinco estrellas, no
hay pobres.
24.
Tu reproche porque no sé usar los palitos para comer sushi. Vos no sabés tocar
el bajo y yo no te digo nada.
25.
Tu modo de definirte siempre con personajes de Quino. Fuiste Libertad, Mafalda,
Miguelito. Yo por lo menos siempre fui Guille, vos ahora pendulás entre el
idiota de Manolito y el estilo suicida de Felipe.
26.
Tu exceso de eufemismos.
27.
Tu estilo indefinido de vestir que conjuga lo hippie con lo cool con lo rocker
con lo punk con lo bohemio y con la nada misma.
28.
Tu ideología política que es más arcaica que la Unión Cívica Radical.
29.
Tu crítica porque escribo cojer con j. Vos encima creés que existe el punto G,
boludo.
30.
Tu necesidad de que nuestro hijo tenga un nombre único. Podemos ponerle Hitler
si querés. Si lo mandamos a la ORT posiblemente no haya ninguno.
31.
Tu música experimental.
32.
Tu humor sutil. Bastante aburrido, de hecho.
33.
Tu gusto por Liniers. El barrio y el historietista.
34.
Tu “meto una zoncera de Jauretche” para todo.
35.
Tu irritación porque digo “acá está mi leche” cada vez que lo nombrás. A
Jauretche, claro.
36.
Tu enojo porque como mucho chocolate. Me decís que te preocupa la diabetes pero
sabemos claramente que lo único que te preocupa es que engorde.
37.
Tu burla porque me gusta la literatura “bestsellerista”. En lo que vos tardás
en leerte una novelita de Murakami yo ya me leí cuatro de Stephen King. Es
obvio quién sale ganando.
38.
Tu fascinación por la lluvia.
39.
Tu fascinación por no llevar paraguas cuando llueve. Y cagarte en que me moje,
claro.
40.
Tus ganas de hacer El camino del Inca todos los años. Prefiero hacer El Camino
de la Malla y en alguna isla del Caribe.
41.
Tu reconocimiento de que nunca me vas a hacer reír; aunque siempre, por alguna
razón que aún desconozco, me dejás una sonrisa. Y de las que duran.
Grosa! Grosa! Grosa!!!! Sabes que lo estaba esperandoooooo!!!!!!!!y me encanto como todos los que haces!!!!
ResponderEliminarNunca se me habría ocurrido ese chiste con Jauretche, te aviso que te lo pienso robar sin citar la autoría, claro, bien a lo Jauretche.
ResponderEliminarSaludos!!
J.